POR QUé LOS ADULTOS QUE NO TIENEN HIJOS ESTáN ENGANCHADOS CON ‘BLUEY’

La “Blueymania” no muestra señales de disminuir. El final de temporada de Bluey, “The Sign”, fue el programa ABC más visto de la historia en iView.

Un episodio “oculto” de seguimiento —acertadamente llamado “The Surprise”— generó una tormenta de titulares en todo el mundo, muchos de los cuales tienen un tono adulto.

Como se destaca en las comunidades y artículos de fans en las redes sociales, el show ha tocado la fibra sensible de los adultos, muchos de los cuales no son padres.

¿Qué obtienen ellos de una serie aparentemente “para niños”?

Los padres aman a Bluey (a veces más que a los niños)

Nuestra investigación con niños de siete a nueve años y sus padres proporciona evidencia de qué tan cautivados están los adultos por Bluey. Los hallazgos también sugieren que son los padres quienes a menudo impulsan las obsesiones domésticas por Bluey.

“Si pudiéramos decirles a los dioses de la televisión australiana algo que nos gustaría tener en la televisión australiana, sería más Bluey. No te deshagas de Bluey. (…) Bluey es muy querido por las mamás”, nos dijo una madre.

Otra explicó cómo el show proporcionó aprendizaje a los padres: “Es la crianza gentil, la amabilidad, la empatía por los niños, el humor (…) Y ayudar a los niños (y) a las familias a superar situaciones de la vida real con amabilidad y compasión”.

Cuando un niño de ocho años y su madre nos hablaron de sus shows favoritos, se produjo el siguiente intercambio:

Mamá: “¿Qué pasa con Bluey?”

Hijo: “A veces (lo veo)…”

Mamá: “No quieres decirlo. No quiere decir que ves Bluey. Bluey es fantástico”.

Hijo: “A veces…”

Mamá: “Quiere ser un niño grande. (…) Todos en esta sala probablemente aman a Bluey. No es solo para niños”.

Hijo: “Ya basta de eso”.

Más allá de las familias, Bluey también ha atraído a fans adolescentes y adultos sin hijos, en parte gracias a una vibrante comunidad de TikTok (también conocida como #blueytok).

Aunque algunos comentarios sugieren que este fandom para adultos es “raro”, Bluey es solo el último de una larga lista de programas “para niños” con una base de fans adultos apasionados.

Cambiando las barreras en la televisión

La distinción entre televisión “infantil” y “adulta” ha sido durante mucho tiempo crucial para nuestra comprensión cultural de lo que separa a un niño de un adulto.

En la década de 1950, a los académicos les preocupaba que los niños vieran contenidos de televisión demasiado maduros para ellos —convirtiéndolos en “niños adultos”— y que los adultos que veían shows infantiles se estuvieran convirtiendo en “adultos infantiles”.

La industria tomó nota. En 1957, una reducción en la producción televisiva infantil en los Estados Unidos dejó espacio para los llamados programas “para niños”, diseñados para ambos grupos de edad.

Desde entonces, las fronteras entre la televisión infantil y la de adultos han cambiado continuamente. En los primeros días de la televisión, la ciencia ficción se asociaba con audiencias infantiles (razón por la que muchos inicialmente asumieron que Star Trek era un show para niños).

Estos límites también fueron influenciados por la programación televisiva. Los primeros cortos de animación de Warner Bros fueron inicialmente estrenos en cines para todas las edades.

Sin embargo, en 1960 se incluyeron en el Bugs Bunny Show, dirigido a niños y transmitido los sábados por la mañana. Como resultado, en 1967 la animación se consideraba “para niños”.

Los límites cambiaron nuevamente en la década de 1980, cuando el anime japonés para adultos como Akira (1988) se hizo popular en Occidente.

En 1989, Los Simpson debutaron en la televisión. Nuestra investigación revela que incluso hoy existe confusión sobre la idoneidad del programa para niños pequeños.

Algunos de nuestros participantes de siete a nueve años describieron haberlo visto en secreto sin el conocimiento de sus padres.

Sanar a tu niño interno

El atractivo adulto de Bluey se atribuye al contenido lúdico, pero emocionalmente complejo del programa. Actualmente, una de las razones por las que los adultos sintonizan la televisión infantil es porque es mucho más diversa que los shows a los que podían acceder mientras crecían.

Tomemos como ejemplo a Darby Rose, fan de Bluey de 19 años, quien señaló un episodio en el que un terrier Jack Russell tiene trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

“Como persona neurodivergente, esta representación me emociona”, dijo Rose.

Esto también se aplica a muchos shows para adolescentes, como el romance de preparatoria Heartstopper, que es amigable con la comunidad LGBTQ+ y atrae a un gran número de seguidores adultos.

No es solo la nostalgia infantil lo que lleva a los adultos a ver shows infantiles (aunque este es un aspecto). Ver programas infantiles puede ser una afirmación personal para los adultos que no pudieron ver su identidad en la pantalla mientras crecían.

Algunos fans adultos incluso dicen que Bluey les ha ayudado a curar las heridas de la infancia.

La televisión infantil se encuentra con la cultura de los fans adultos

Ver televisión para “adultos” permite que los niños se sientan más grndes. Por el contrario, los adultos pueden ver la televisión infantil para abrazar aspectos de su personalidad que sienten presión social para reprimir.

Este último suele ser el caso de los “Bronies” (un acrónimo de “bro” y “pony”), que son fanáticos masculinos adultos del programa infantil animado My Little Pony (2010-2020).

Esta comunidad ha atraído mucha controversia. Sin embargo, la investigación ha descubierto que las razones detrás de ser un “Brony” no son sospechosas ni extrañas, sino que fortalecen de maneras inesperadas.

Como han explicado los propios “Bronies”, el fandom les permite repensar lo que significa la masculinidad para ellos, con el apoyo de otros fans online y en eventos como BronyCon.

¿Por qué la “virilidad” no puede incluir ver un lindo show sobre ponis con la amistad como enfoque?

La naturaleza cambiante de la televisión infantil

El auge del streaming ha provocado otro cambio. Ver televisión On-Demand significa liberarse de las limitaciones de la programación televisiva, que históricamente fijaron los términos para la visualización de “niños” y “adultos”.

Como detalla nuestro libro, Netflix ha invertido en la expansión de las expectativas culturales en torno a lo que hace que la televisión sea “apropiada para los niños”.

Su mega éxito, Stranger Things, traspasa deliberadamente estos límites para atraer a una amplia audiencia, desde niños y adolescentes hasta familias y adultos sin hijos.

Como explicó su cocreador Matt Duffer, el objetivo era enganchar a los niños con el programa y luego, más adelante en la temporada, “asustarlos muchísimo. Entonces los padres pueden enfadarse”.

A los padres ciertamente no les molesta que sus hijos se enganchen con Bluey. Incluso pueden ser el secreto de su éxito mundial: mantener a los niños mirando y enganchar a los adultos.

Este artículo se publicó originalmente en inglés.

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

*Jessica Balanzategui es profesora titular de medios en la Universidad RMIT. Djoymi Baker es profesora de Estudios de Cine y Medios en la Universidad RMIT.

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