GIOCONDA BELLI: “NICARAGUA ES UNA BOMBA DE TIEMPO”

Gioconda Belli salió hace casi tres años de Nicaraguacon dos maletas y sin pensar que ya no regresaría a su país, donde el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo la conminó al destierro y confiscó su casa. Le quitaron su nacionalidad y la borraron del registro civil. Como a otros cientos de opositores, la acusaron de "traición a la patria”.

Hoy, la célebre autora de La mujer habitada vive su exilio en España con nostalgia por los volcanes, la lluvia y la sonrisa de la gente de su tierra. Pero también sabe convertir "los reveses en oportunidades”: en diciembre próximo presentará en México una nueva novela, mientras trabaja en otra, de corte más histórico pero siempre sobre temas infaltables en su obra: mujeres, libertad… y Nicaragua.

"Hace mucho tiempo ya que el centro de mi vida es la literatura, escribir. En ese sentido mi vida no ha cambiado mucho, sigo escribiendo y creo que eso es lo más importante que puedo hacer en este momento”, dice Belli en una entrevista con DW, habiendo apenas terminado un disciplinado "retiro” de un mes en una estancia para escritores en Bellagio, Italia, donde estuvo trabajando en su próximo libro.

Palabras que asustan a los tiranos

"Me he dado cuenta del impacto que tienen las palabras: asustan mucho a los tiranos y les encantan a la gente que le gusta leer, pensar y debatir”, agrega. En estos días regresa a su casa en Madrid y pronto volverá a hacer maletas para viajar a Centroamérica, donde recibirá el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Costa Rica (UCR), la más importante del país centroamericano.

Hace apenas seis meses recibió en Madrid el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía, que valoró su fructífero camino literario de casi medio siglo. Ahora la UCR premiará a la escritora y activista por "su trayectoria y en agradecimiento a su aporte en la construcción de una conciencia crítica, la difusión de las artes, la defensa de la libertad de expresión y de los derechos humanos”.

También reconoce "sus aportes a la promoción cultural y la educación, la lucha por la democracia, la trascendencia de su carrera en la literatura y los espacios para la disidencia existentes en sus textos, que permiten estudiar la realidad actual latinoamericana a partir de otras perspectivas”.

Gioconda Belli recibe estos premios con gratitud y alegría, mismas que hoy la empujan a recorrer sin descanso las ciudades de Europa, donde su obra goza de mayor proyección cada día.

"El régimen sí me dejó varada, pero uno debe aprender en la vida que todos los reveses se pueden convertir en oportunidades. En España he tenido un recibimiento, una solidaridad y un cariño extraordinarios, y me ha permitido consolidar mis relaciones con grandes escritores españoles y con la industria editorial”, señala. Agrega que también ha sido bueno "separarme de la cotidianeidad tan dolorosa de Nicaragua, aunque Nicaragua sigue estando en mi corazón y nunca se va a ir de ahí”.

"Sigo muy pendiente de todo lo que pasa y esperando el día que vendrá, en que nos liberemos”, asegura.

Su biblioteca, reencuentro vital

Belli cuenta que uno de los momentos "más conmovedores e importantes de este exilio absurdo” fue el reencuentro con su amada biblioteca, que con mucho esfuerzo y desde la distancia logró sacar de Nicaragua y poner en un barco que cruzó el Atlántico, para recibirla hace pocos días en su hogar madrileño.

"Ha sido como reencontrarme con mis viejos amigos y poder tener parte de mi casa conmigo. Esto me ha dado una enorme alegría y un sentido de continuidad de mi vida”, señala.

Sobre la situación de Nicaragua y la resistencia social frente a una dictadura que ha prohibido toda posibilidad de protesta o manifestación, la autora de El país de las mujeres, Waslala y Luciérnagas asegura que el aparente silencio en su país esconde una peligrosa realidad.

"El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se sostiene únicamente por la represión y porque han dominado con medidas muy restrictivas toda la actividad del pueblo nicaragüense. La gente está arrullando en su corazón sus memorias de libertad, lo que pasó hace seis años (la rebelión social de 2018) y aunque no lo puede expresar no quiere decir que no lo sienta. Entonces esto es como una bomba de tiempo, porque cuando la gente está tan descontenta y no puede expresarlo, eso va erosionando la sociedad”, advierte Belli.

Un silencio lleno de murmullos

"Por mucho que ellos quieran aparentar que no pasa nada, eso es un espejismo y ellos lo saben. Esa aparente normalidad no significa que no estemos, que no sigamos denunciando o que esa resistencia se vaya a terminar”, insiste.

Mientras tanto, la indomable poeta de 75 años se enfoca en su nuevo proyecto creativo, que dará paso a un libro aún en proceso. "No quiero decir todavía de qué se trata, solo diré que es una novela histórica situada en Nicaragua durante los primeros años de la independencia de Centroamérica”, anticipa.

Pero, además. Belli tiene lista otra novela que se publicará en septiembre bajo el título de Un silencio lleno de murmullos, y que ella misma presentará en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, México, en los primeros días de diciembre.

Se trata de seguir adelante en la vida. De "renovar la piel”, como lo dice en uno de sus últimos poemas en prosa, en el que la nostalgia por su tierra está presente. "Lo que más extraño de Nicaragua es la afabilidad, la amabilidad, las sonrisas y la confianza de la gente, el habla nicaragüense, esa manera de ser tan amorosa y tan cercana”, dice.

"También extraño el paisaje de mi casa, con el que sueño muy a menudo. El verdor, el olor de la lluvia, la lluvia que me hace tanta falta, el perfil de los volcanes, los pájaros, la mañana... ¡Ay, dios mío, todo! Es muy larga la lista…”.

(ers)

Autor: Gabriela Selser

2024-05-02T19:04:39Z dg43tfdfdgfd